lunes, 17 de mayo de 2010

Una muy seria Apología al humor satírico.

Hoy, una amiga muy querida me dijo que me estoy volviendo intolerante ante las posturas religiosas, la verdad escuchar eso duele, y más porque esta amiga mía me demuestra con esto su afecto al decirme la verdad de lo que piensa sin pelos en la lengua, por eso se lo agradezco mucho.
La razón de que me haya dicho esto es por un reciente debate en donde yo afirmo que es válido burlarse de la religión, aunque yo enfaticé que este tipo de humor es más con la intención de hacer sátira, así que considero importante definir y entender que significa dicha palabreja, vayamos a una fuente accesible por todo mundo, la todopoderosa Wikipedia: La sátira es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. (http://es.wikipedia.org/wiki/Sátira) y más adelante concluye: En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.De tal manera que mi mofa hacia las creencias de muchas personas viene precisamente de esa indignación que siento al ver los grandes crímenes cometidos por la religión en general, ante el abuso de poder, la mala información, la impunidad, el desprecio a toda idea diferente a la suya y un largo etcétera; de tal forma que mi humor, la sátira, se convierte en una ácida crítica que es necesaria (y más considerando que soy filósofo); aunque quiero aclarar otra cosa, no he atacado a nadie de manera personal (bueno, si me he burlado directamente de Ratzinger y de Norberto Rivera, pero no soy ni el primero ni el último en hacerlo).
Ahora, dentro de esta burla que he avalado, se ha suscitado la cuestión del respeto a la creencia, a no herir susceptibilidades, cosa que se ha tomado casi como dogma, aunque irónicamente (como bien señala Richard Dawkins) esta misma postura de respeto rara vez se cuestiona cuando hablamos de cuestiones políticas, hasta los diarios tienen caricaturas políticas y todo mundo se ríe bien contento, inclusive de los políticos que pudieran caernos bien; esta exigencia de respeto a la creencia se traduce como el respeto al otro, a su individualidad, de tal manera que la religión queda inmune a la crítica, y por lo mismo, a la sátira. Creo que esto es totalmente erróneo, ¿por qué la religión debe ser eximida de la crítica? (y en este caso, de la sátira).
Como filósofo y humanista que soy, si existe algo “sagrado” (perdonen el término) para mi es la vida misma, y más cuando uno es filósofo de la ciencia con tendencias darvinistas, considero que la máxima expresión de respeto debe ser a la vida misma. Por eso me parece terrible concederle ese mismo valor de respeto a la religión, y más cuando se fundamenta en el odio y la segregación. ¿Ejemplos? Revisen el terrible asesinato del cineasta Theo van Gogh (con relación, en la foto de aquí al lado), el 2 de noviembre del 2004, un islamista holandés le disparó más de veinte veces, después lo apuñaló y finalmente lo degolló, todo por filmar un corto de diez minutos en donde aborda la discriminación y violencia que sufren las mujeres islamistas. Siguiéndonos con esa religión, la sentencia que le han dado a Lars Vilks por realizar una caricatura de Mahoma, o la amenaza que les han hecho a Matt Stone y Trey Parker, creadores de la irreverente serie South Park por dibujar a Mahoma como un oso; ¿realmente vale más en estos casos el respeto a la creencia de una religión violenta a la vida de estas personas? Honestamente no lo creo, mi balanza de valores no se equilibra. Claro que alguien podrá decirme que son casos aislados, pero, recordemos que la base del Corán es que es un texto que Alá bajó del cielo solamente para ser recitado y nunca interpretado o criticado, eso es blasfemia y se paga con la muerte, así piensan millones de islamistas. No es solo un precepto ridículo, es peligroso.
Y las religiones “occidentales” no se quedan tampoco atrás, a religiones racistas como la judía (el mero hecho de sentirse el “pueblo elegido” los erige como superiores a aquellos que no sean de su secta) no les importa el destino (ni el presente) de aquellos que no comulguen con su religión, aunque si los utilicen para sus intereses económicos; el cristianismo tiene un largo historial de intolerancia y violencia, desde el cobarde asesinato de Hipatia de Alejandría (aquí a la derecha) hasta los sacerdotes pederastas de la iglesia católica de la actualidad, pasando por la Inquisición y demás linduras por el estilo (las religiones protestantes tampoco se salvan, actos como la denigración a la mujer, a los homosexuales y a todo aquel que sea de ideología diferente demuestran este punto); irónicamente todas estas religiones coinciden en que al final, si no piensas o crees lo que ellos, estarás condenado por toda la eternidad al infierno.
Cuando alguien te desea alguno de estos males, simplemente por un dogma impuesto que se ha alejado del verdadero sentido de la vida en acto, entonces podemos parafrasear a Voltaire y su “Estoy en contra de lo que dices, más defenderé hasta la muerte tu derecho de decirlo” con un "dar la vida por nuestro derecho a reírnos de un sinsentido", algo que con los casos mencionados líneas arriba se ha vuelto terriblemente real.
Ahora, creo que sí es importante el respeto a las creencias ajena, pero cuando estas sobrepasan este límite vital, empieza el derecho del otro, del que satiriza, por que como ya deje claro, es el que critica; y sin crítica y diálogo, no puede existir respeto de ningún tipo.
Hasta ahora no he convencido a nadie de volverse ateo, y no es esa mi intención, simplemente soy consecuente con mis actos, aunque estos puedan ser erróneos, pero hasta el día de hoy no he mandado matar a nadie, ni lo he condenado por toda la eternidad (y ni se los deseo) por pensar diferente a mí.
Y nunca lo haré, puesto que la gran ventaja del pensamiento científico-racional es que es autocorrectivo basándose en la evidencia y no en absurdos mitos, así que bajo ese parámetro estaría dispuesto, humildemente, a cambiar mi manera de pensar, ¿los cristianos, judios, islamistas y demás tendrán esa apertura? y más aún, ese verdadero respeto a la identidad del otro, es un hecho que no.
Realmente me duele que esta amiga me haya dicho eso (y curiosamente ella es científica, no sé, tal vez yo sea más papista que el Papa) porque creo que las razones que he expuesto son bastante claras y abiertas a crítica, a diferencia de cualquier dogma: aunque debo reconocer y para ser congruente conmigo mismo, que tal vez mi postura de Vida contra Respeto sea también una postura dogmática e intolerante, ¿y uste’ que opina?
Espero sus comentarios.

El Nachomán!

Actualización de última hora: El pasado 10 de mayo el caricaturista Lars Vilks fue agredido físicamente en una conferencia sobre la libertad de prensa en Suiza y a Matt Stone y Trey Parker trataron de hacerles estallar su auto, viva la tolerancia, ¿no creen?