viernes, 19 de febrero de 2010

Solo Humano
















La Moral como fundamento Humano

En cierta ocasión, mientras impartía una clase de Filosofía, en una sesión en donde enseñaba Ética, un alumno comentó en tono despectivo: "Sin Dios, no puede haber moral, lo que queda es sólo humano". Este tipo de comentarios no me molestan, me duelen; cierto es que la especie humana es capaz de realizar las atrocidades más terribles que podamos imaginar (Tenemos una gran historia de éxitos en ese rubro por detrás), sin embargo, hablar de la humanidad de esa forma implica de entrada una vergüenza por el simple hecho de ser humano (que de manera inconsciente implica identificarnos con “el otro”).

Claro, tampoco se trata de ponerse a brincar de orgullo por un mero hecho biológico (es como la falsa idea de superioridad que implica el nacionalismo, uno no es mejor que otro por el mero hecho de haber nacido en X lugar), pero considero que la expresión "Humano" puede implicar cosas mucho mejores y de un nivel superior dentro de su capacidad racional y creativa (incluso, el inventar dioses podría ser una de ellas).

Pero dejemos el aspecto del valor humano para otra ocasión, aunque esto de lo que quiero hablarles ahora está entrañablemente relacionado, la cuestión de fondo es sobre el fundamento de la moral, ¿por qué? Bueno, cuando uno se asume como ateo inmediatamente se piensa en un sinónimo de persona inmoral, casi, casi el Chamuquito mismo. Por que como dijo mi alumno, sólo nos queda algo humano (sin la connotación peyorativa). Así que trataré de explicar lo que es una moral, "solamente Humana".

Claro que grandes científicos como Richard Dawkins han demostrado y explicado que la bondad es también una consecuencia de la evolución (si, leyeron bien, en un sentido totalmente Darwinista), pero como debo reconocer que soy algo lerdo en cuestiones científicas trataré de explicarlo desde la perspectiva de mi especialidad: La Filosofía (para la explicación evolucionista los invito a leer el libro "El Espejismo de Dios" del mismo Dawkins, la cual considero se puede compatibilizar con la siguiente tesis).

Desde luego que es ésta una cuestión algo compleja, así que arbitrariamente tomaré un punto de partida: David Hume (aunque para entender a plenitud su filosofía debemos rastrearla prácticamente desde los filósofos de la antigüedad). Nuestro pensador pertenece a la corriente denominada como Empirismo, que afirmaba de manera general que el conocimiento nos llegaba a través de la experiencia, en oposición al Racionalismo (representado por Descartes, Leibniz y Spinoza), que sostenía que el conocimiento provenía de la razón, apoyada de teorías y pre-supuestos metafísicos, de tal forma, que, para Hume el mundo exterior a nosotros se conforma en base a las experiencias cotidianas que forman parte de nosotros mísmos, (experiencias que se conforman a través de los sentidos que nos ayudan a comprender el mundo externo a nosotros) ayudándonos a conformar nuestro Ego, una identidad que fluye continuamente al ser las experiencias de igual forma, un proceso que no era estático; así, las ideas morales podrían conformarse en base a la experiencia cotidiana. Debo aclarar que Hume decía que la ética surgía más bien por los "sentimientos" y no tanto por los demás procesos cognitivos de la experiencia, sin embargo, esta noción de la experiencia será muy importante para comprender las teorías que siguen a continuación.

Por otra parte, Emmanuel Kant sostenía que no existían tales “sentimientos”, sino que nuestra capacidad de hacer el bien era algo que surgía en la razón, aunque no exactamente como sostenían Descartes y compañía, que para ellos era algo innato (concedido por Dios, como quien dice); no, para Kant la moral es la capacidad misma de discernir entre el bien y el mal y actuar en consecuencia, de acuerdo a las circunstancias; por ejemplo, sé que matar es malo, pero si en un salón de clases entrara un asesino que empezara a descuartizar a mis alumnos con un machete y si yo tuviera una pistola, entonces mi razón me indicaría que debería matar a ese tipo para evitar que siga matando a los demás, de esta manera, mi postura ética surge de mi razón misma y no de un imperativo coercitivo (como el “No mataras”, imposible en esta situación en particular como ésta), sin esta capacidad racional de tener una elección no existiría la libertad misma, y sin ésta, no habría una verdadera moral (más adelante ahondaré en esto).

Siguiendo esta línea de pensamiento llegamos al Existencialismo, cuyo principal representante sería el francés Jean Paul Sartre, éste sostenía que la existencia misma precede a la esencia, o sea, que no existe un dios o un alma que determine nuestros actos (una postura totalmente opuesta a pensadores como Platón, Aristóteles, Descartes y los demás racionalistas que decían que la esencia precedía a la existencia, he ahí para ellos el “origen” de las ideas innatas) dejándonos en total libertad, libertad de realizar nuestros propios actos y en consecuencia, de esenciarnos, en convertirnos en las personas que queremos ser, creándonos como seres humanos íntegros a partir de nuestra propia subjetividad y conocimiento particular del mundo, que se da solamente en la experiencia empírica del mundo mismo. Y será precisamente ese percatarnos del mundo externo a nosotros en donde nos encontraremos a las demás personas quienes al igual que nosotros se crean y transforman en su muy particular proyecto, es la frontera entre uno y otro en donde subyace la moralidad; respetar y acatar la libertad de los demás implica mi derecho a exigir la mía, por lo cual, el ser humano, libre, no está exento de responsabilidad como se piensa de aquellos que no nos adherimos a un dogma específico.

No sé ustedes, pero esta línea de razonamiento me convence mucho más que una moral que me indique que el bien viene de un señor barbudo que me va a recompensar con el paraíso terrenal si actúo conforme a sus reglas arbitrarias o que el no cumplimiento de éstas me hará acreedor a una membrecía al quinto infierno en donde sufriré por toooodaaaaaa la eternidaaaad, ya que actuar conforme a estos presupuestos sería actuar en base a la conveniencia en el primer caso y en base al temor en el segundo, así, ésta no es una verdadera moral,

El tema requiere un análisis más a fondo, pero ‘ai los dejo con algo para reflexionar, con algo, pues sí, sólo humano.

Saludos:

El Nachomán!